Desaparecí de la blogósfera sin siquiera darme cuenta. Concientes estaban mis dedos ociosos de tanta pausa en la escritura.
Y he decidido cerrar este espacio.
Mis motivos: de nada vale que albergue textos pasados, palabras tristes e historias de diván.
Escribir mi blog fue terapéutico, sí que lo fue. Y nada más.
Hace tiempo que venía pensando en la idea de darle un cierre y el pasado domingo murió la lora verdadera, la mascota de la cual surgió el nombre de mi querido blog, lo que me dio el motivo e impulso final.
Sin más palabras, gracias a quienes me leyeron, comentaron, me apoyaron. Gracias por estar.
¡Esta vez vuelo de verdad!
Hace 13 años