Tiranosaurio Rex sobre mi cabeza

flickr.com

Yo intento ponerle onda, pero parece que la suerte me esquiva, y miren cómo.

• El día de mi cumpleaños desaparece casi como por arte de magia mi llave. Al no encontrarla por ningún rincón de la casa y no poseerla ninguno de los invitados, decidimos cambiar todas las cerraduras.


• Al lunes de la semana siguiente mi viejo me avisa que había llegado una multa del auto que uso yo. Fue correcta, no puse el ticket. De todos modos, bajón.


• Este sábado bajando del auto y tocando timbre en la casa del novio de mi amiga dos tipos en moto me asaltan, con arma y todo. Uno de ellos me tira al suelo, forcejeo mi cartera (no quería entregarles MI CARTERA!!!!) hasta que me apunta en la cabeza y desisto. Pierdo todo. Documentos, tarjetas, plata, mi pasado y recuerdos de mi abuela que ya no está. Y las llaves nuevamente. Debimos cambiar por tercera vez las cerraduras. Y me quedé más débil, más insegura, más indefensa que de costumbre. Una situación que no creí me iba a pasar y a la que no sabía cómo iba a reaccionar, hasta que sucedió. Desear que aparezca Superman y me rescate o tomar la pastilla de chiquitolina para hacerme casi invisible. Feo, muy feo.


• Hoy llego al trabajo y mi hermano me avisa de una segunda multa.


• Sumado a mis bajones sentimentales de un noviazgo de cinco años que ya no existe.
  

Yo le pongo garras al asunto y trato de luchar con el dinosaurio, que parece, se empecina en hacer sus necesidades fisiológicas encima mío.

El 2009 será MI AÑO, de eso no quedan dudas.