Enredada

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¡Qué contenta estoy!
No se porqué y se mucho también porqué.
Muchas cosas, cosas lindas.
Entre ellas:

• Ayer terminé mi tratamiento corporal después de dos meses y medio. Qué bien se siente una cuando ves los resultados en cuentas numéricas, reducción de centímetros, pérdida de peso... que te hacen sentir un diosón aunque haría falta un Photoshop de por medio. Sin embargo, no paro de picotear los criollos de todas las mañanas o alguna que otra medialuna de las ricas que compra Tower.
  
• Estoy copada metiéndome en la Red. Marilen, la Jefa de Internet para muchos, es mi amiga del trabajo. Una de las loras del entrepiso. Sentada a escaso metro de mi computadora me enseña la “autogestión de contenidos en Internet”. Ella está a cargo de armar el nuevo sitio del CUP (donde trabajo) y yo sería una especie de discípula de ella (cuasi ñoña). Aprendo memoriosamente todo lo que me indica y es un trabajo que me está empezando a gustar mucho.
  

Llegó el fin de semana. El viernes me llama desde afuera. Tengo que irme. Ya sonó el timbre del recreo.

Un vuelo corto para no perder tantas plumas.